domingo, 15 de agosto de 2010

136º Carta

Johannesburgo, Domingo 15 de Agosto de 2010

Amada mía:
No escribo desde hace algunos días aunque había dicho que te volvería a escribir todos los días, pero la verdad es que tenía los ánimos por el piso y no deseaba volcar toda esa.. llamémosla frustración en las cartas. No voy a escribir sobre el día que pasamos en Barce ni tampoco los días sucesivos, hasta hoy. Hoy fue genial, al igual que ayer.. aunque ayer me sentí algo culpable porque te perdiste en el desierto, pero creo que te compensé algo con todos los besos que te di.
Amada, no puedo creer lo hermosa y perfecta que eres y te amo tanto, con desesperación. No creía que se podía amar así, siempre pensé que era un invento de los fantasiosos escritores de novelas y cuentos de hadas.. pero no, este sentimiento es tan real que me hace doler el pecho y me lo oprime cuando te extraño, y me quema el corazón cuando estás cerca y siento el gran deseo de poseerte.
Hoy volviste a decirme que me amas, ayer me diste 33333, no te puedes imaginar todo lo que eso significa para mí, y que hayas hecho hijos tuyos a mis hijos. Estoy seguro que tú los amas tanto como yo a los tuyos.. para mí son míos, aunque ellos sólo me vean como a un amigo, o como al marido de su mamá. Será que los míos son más chicos, y por eso te adoptaron tan pronto como madre.. o porque nunca tuvieron realmente una madre, salvo Emma, Ellen y Dan, aunque ella nunca los trató como a hijos.
Soy feliz, soy muy feliz por ser tu esposo, pero más aún por ser tu amor y por saber que me deseas tanto como yo a ti. Es una sensación hermosa cuando los sentimientos son correspondidos, y saber que todo lo que yo siento por ti, tú lo sientes por mí, es increíble.
Acabamos de llegar a París, para ver el primer concierto de nuestro hijo Jonás, me hace feliz acompañarte, amor, siempre y en los momentos importantes de tu vida.. que ya no es sólo tuya, sino de nuestras vidas.
La seguridad del aeropuerto te detuvo, seguro que nos vieron cuando seguimos la fiesta en el avión y son unos envidiosos. Te esperaré hasta que salgas para seguirte amando, hasta que nos sintamos en el cielo.

Tu amante Frank.

No hay comentarios:

Publicar un comentario