lunes, 21 de diciembre de 2009

Día Primero

Esta carta la escribí un día, triste, agobiado, pensando en el futuro negro que nos esperaba.

Día primero (7/12/09)

Hoy es el primer día sin ti, el vacío de no tenerte en mi cama es grande, pero más grande aún es el vacío que siento en el alma. Es demasiado grande, demasiado frío. Sin ti, no seré el que era, sino sólo un trozo de aquel loco que moría por tus besos. Esta fue mi primera noche sin ti, y cuando en plena madrugada me di vuelta para tocarte, y sólo encontré el hueco de tu presencia a mi lado, lloré.
Lloré, como los hombres no lloran. Y te perdí como los hombres cobardes que se dan por vencidos a la primera. Qué frío siento en mi alma, el fuego de mi corazón se quedó contigo y sé que sólo bastaría una mirada tuya para que se avivara en mí. Pero no estás, te has ido, y todos mis sueños no cumplidos contigo. Y lloro, sigo llorando, como los hombres no lloran, porque sin ti, no soy el que era, sólo soy un trozo de hombre. La parte buena se quedó contigo, se va contigo y a dónde vayas, estaré en tu corazón, porque me seguirás amando, salvo que me odies y sé que no me odiarás, porque esta despedida, me ha dolido tanto como a ti. Pero ya no podía, amor, no lo podía sufrir más. Sufrir tu libertad y tú la esclavitud de estar conmigo, ya no.
Por eso, en este primer día sin ti, me siento perdido sin tu presencia y pienso que tú estarás consolándote con quien aparezca en tu camino. Ojalá, amor, encuentres un amor verdadero, alguien que pueda darte todo lo que yo no he podido, y ojalá que te ame, al menos la mitad de lo que yo te he amado.

Tuyo por siempre, Frank.

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