jueves, 24 de diciembre de 2009

Centésima décimo cuarta carta

Buenos Aires, Jueves 24 de Diciembre de 2009

Querida mía:
Llueve. Está lloviendo en mi alma; sinceramente no sé cómo me va a afectar este tiempo a mí, es frío, trsite y doloroso. Lo peor de todo es que analizo todas y cada una de las posibiildades y no sé "qué será mejor o qué será peor". Ser feliz o no. Yo también debo cambiar para amarte; debo volverme ciego, sordomudo. Hace días que no te veo "no sé con quién estás ni me importa", lo que me queda claro es que te da igual estar conmigo, porque si me extrañaras de la forma que yo lo hago a ti, este tiempo ya hubiera terminado.
La que me queda claro es que te da igual porque estás con Tomas, te diviertes, lo estás pasando genial sin mí, todo concluirá cuando te des cuenta que sin mis celos y amor enfermisos estás mejor, y me digas que terminamos definitivamente. Imagino tus argumentos, que es para no hacerme más daño, sin entender que el mayor daño que me haces es mantenerme lejos de ti; no sé si vamos a pasar este tiempo; no sé si voy a superarlo, esto es para mí un castigo, ¿Cuándo me vas a quitar este castigo?, ¿Cuándo vas a quitar la barrera que has puesto entre nosotros?, ¿La quitarás algún día? dime que sí, que todo volverá a ser como antes. Dame una esperanza, una razón para seguir, hazme entender qué significa este tiempo, dime qué vale la pena seguir intentándolo, levántame el castigo, por favor, amor.

Frank.

No hay comentarios:

Publicar un comentario