miércoles, 20 de enero de 2010

Centésima vigésima primera carta

Estocolmo, Jueves 21 de Enero de 2010

Una vez más, no sé qué poner de encabezado. ¿A quién voy a dirigir mi carta?, ¿Al amor de mi vida? sabiendo que mientras escribo te estoy traicionando con mis sentimientos. Cómo son las cosas, nunca pensé que escribiría algo así en éstas líneas. Si amenacé con fingir una relación, fingir que me enamoraba de alguien más para que sintieras miedo de perderme y te acercaras a mí. Lo que nunca hubiera pensado era que sucedería de verdad. Perdoname, amada mía, pero estoy enamorado, he vuelto a enamorarme.
Me siento muy extraño, no creí que se podía sentir amor por dos personas al mismo tiempo. Es decir, lo sabía porque tu amas a Tomas y a mí, pero nunca creí que lo experimentaría. No se lo he dicho aún, pero creo que la amo y no he dejado de amarte a ti. Me estoy volviendo loco porque no sé qué va a pasar, porque sé que a alguna de las dos voy a tener que dejar. ¿Finalmente tendré que resignarme a vivir sin ti?, ¿A que todos esos sueños morirán?, ¿tendré que resignarme a vivir sin tu amor, el amor de mi vida, mi primer amor?, ¿o tendré que renunciar a ella, aún sin haberla tenido?, ¿Qué hago? dime que no me amas ya, dime que es cierto que ya no soy nada en tu vida, dime que no te importa si muero o si vivo, porque así me partirás el alma de una vez, y yo me iré con ella. O dime que me quede, que no puedes vivir sin mí, que me amas más que a nadie... dime que me amas como no has amado a nadie, y me quedaré contigo, y te amaré por el resto de mi vida, a pesar de las diferencias y problemas que podamos tener.
Dímelo porque yo, estoy muy confundido.

Frank.

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