sábado, 9 de enero de 2010

Centésima décimo novena carta

México, Sábado 9 de Enero de 2010

Adhara:
Otro día más sin ti. Te extraño, no te imaginas cuánto, y todo me recuerda a ti; todos los lugares que juntos recorrimos, las cosas que hicimos. No puedo creer que no lo recuerdes, que no signifique nada para ti, no lo creo.
Sabes? puede que me haya transformado en un monstruo, pero debes reconocer que nadie te ha amado ni te ama como yo, debes reconocer que a nadie le importas como a mí, y nadie piensa en ti como yo. Y si pido con mi corazón a gritos que vuelvas a quererme como antes, no es por otra razón más que por la de amarte con toda mi alma.
Estos días he salido, he conocido personas, hay chicas tan amables y lindas, otras candentes y atrevidas; dulces y locas. Hay mujeres hermosas, pero ninguna de ellas eres tú. Ninguna.
Te anhelo, porque fuiste el amor de mi vida, porque lo eres aún, porque te siento parte de mi alma, de mi sangre y de mi carne. O dime si tú puedes arrancarme de ti, enséñame a hacerlo, porque si lo hiciera andaría por el mundo, vagando sin una parte de mí. Y esa parte eres tú.
No voy a decir que sin ti no soy nada, no voy a decir que me muero sin ti, ni que sin ti no tengo ganas de vivir. Esta vez te diré que me he acostumbrado a estar sin ti, pero mi corazón no deja de amarte en ningún momento. Sin ti, la vida es tranquila, llevadera, común y corriente; te necesito para que le des vida a mi vida.
Me han dicho que te olvide, que te ignore y accedí. Y voy a seguir olvidándote hasta tanto me devuelvas tu querer. Hasta que tú me demuestres que me amas y quieres seguir conmigo toda la vida.

Frank.

No hay comentarios:

Publicar un comentario