viernes, 17 de septiembre de 2010

144º Carta

Vilna, Sábado 18 de Septiembre, madrugada.

Amada mía:
Hoy me ocurrió algo terrible, y si me preguntaras ahora te diría que estoy muerto por dentro. Ni las palabras me salen, no puedo escribir, no sé qué decirte, así que iré al grano.. como aquella vez que me preguntaste qué quería contigo, ¿lo recuerdas? Amor, creo que a pesar de todos mis intentos.. te perdí.
Es como si la vida me lo hubiera dado todo y de pronto me lo quitara, de un zarpazo.. aunque yo presentía que algo te ocurría, miraba los síntomas como el doctor mira los de su paciente y puede descifrar cuál sea su enfermedad. Yo veía avanzar tu enfermedad, pero mi iluso corazón me decía que era sólo una etapa, que era sólo un momento, que un día te ibas a curar; pero hoy me di cuenta que no, que nunca volverás a ser la misma de la que me enamoré. Nunca volverás a ser aquella que me dijo que le gustaría ir a aquel paraíso tropical conmigo. Nunca volveré a ver comentarios tuyos en mi blog y tampoco a leer canciones de amor en el tuyo para mí. Siento celos al recordar aquellas que le dedicaste a Tomas, y yo pensaba ilusamente que después de casarnos podría llenarme de emoción al ver alguna para mí, pero no; hoy me di cuenta que no lo harás, ni tampoco planearás un futuro para nosotros.
Mi cabeza da vueltas y no le encuentro a nada sentido. Todo se diluye cuando está a punto de llegar a mi corazón. ¿Dónde está el suelo y donde el techo? todo me da vueltas, mientras caigo de bruces sobre la realidad. Yo te amo, te amo casi irrealmente, daría todo porque ese amor pudiera recuperarte, pero en cambio me da una bofetada cuando me doy cuenta que nada de lo que haga te devolverá la salud. Y no sabes cómo me arrepiento de no haber disfrutado más los días en que empezábamos a enamorarnos.. todo era increíble, todo era como un sueño. Esperar la noche para salir juntos a cualquier lugar, dedicarnos canciones de amor y escondernos de la mirada de la gente curiosa en algún rincón oscuro donde pudiéramos disfrutar de ese amor. ¡El que no sabía que tú tenías por mí! Cuanto tiempo me pasé pensando que no me amabas, cuanto tiempo desperdicié pensando que no eras mía. Aunque como lo hemos dicho, ambos sabemos que estábamos destinados a estar juntos.. y siempre fuiste mía, aún cuando no existía en tu vida. Y siempre seré tuyo, aunque tal vez nada vuelva a ser como antes. Te extraño mi amor.
No puedo hallar una causa a tu empeoramiento de salud. Has sufrido mucho y no te culpo; y aunque digas que no, yo sé que algo de culpa tengo yo también por no haberte sabido dar esa libertad sin límites que él sí te daba. Como tu taza de café, siento que algo expiró. Quiero irme y que termine este dolor ya mismo, pero te amo demasiado como para dejarte; ¿Cómo dejarte sola en esta enfermedad? Aunque me duela verte empeorar y debilitarte, seguiré a tu lado, tomándote de la mano, cuando dejes de verme, dejes de oirme, cuando dejes de caminar y aún pierdas por completo el habla. Aún en el más profundo de los pozos, yo estaré contigo, porque somos uno, soy parte de ti y tú de mí y te seré fiel hasta la muerte. Seré tu perro lazarillo y el bastón donde te apoyes, y aunque esta horrible y escalofriante sensación de final me abrume, seguiré a tu lado y te amaré con todas las fuerzas de mi corazón. Y si un día al despertar y buscarte en mi cama no te hallara, si dejaras de existir, sabré que mi misión ha terminado y podré unirme a tu muerte para siempre.

Tu amado Frank.

No hay comentarios:

Publicar un comentario