domingo, 19 de septiembre de 2010

146º Carta

Amsterdam, Domingo 19 de Septiembre de 2010

Querida mía:
Nada es igual desde que me cayo la ficha; la tristeza ahora monopoliza el centro de mi atención y deja vencidos a los demás sentimientos. Hoy no siento la desesperada locura por tenerte, ni los grandes deseos, ni lo sueños por cumplir.. me siento roto, me siento enfermo y una vez más siento que he vuelto a ser ese monstruo sin corazón. Pero no te exaltes, tú no te inmutes, porque no te estoy culpando. Me vuelvo a culpar yo por no ser suficiente para ti, porque quieras o no, esta enfermedad que te ataca y la muerte que te acomete día a día, dejándote sin emociones y en punto muerto, son culpa mía. Si yo fuera lo que tú necesitas, aún si te quedaras sola y sin amigos, estarías satisfecha conmigo.. tendrías ganas de todo y vivirías con una sonrisa en los labios. Pero no es así. Y es culpa mía.
Perdóname, mi amada, por no haber sido nunca lo que tú esperabas y aunque me ames, no soy suficiente para que te sientas completa.
Haría lo que fuera para que te sintieras así, sería capáz de cumplir la palabra que te diera antes de intentar suicidarme, la de buscarte un hombre que sea capáz de darte lo que yo no puedo.

Tuyo siempre, Frank.

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