lunes, 22 de marzo de 2010

Centésima vigésima novena carta

Buenos Aires, Lunes 22 de Marzo de 2010

Querida mía:
¿Cómo explicar el día de ayer?, fue terrible. ¿Cómo explicar el día de hoy? fue un vacío lleno de silencio. Pasa el tiempo y no puedo dejar de pensar ni un minuto en nosotros. Pienso en ti, pienso que te noto rara otra vez, y ya no pienso que son sólo ideas mías, estoy casi seguro que algo te afecta. Sea lo que sea, yo no tengo la culpa, y espero que lo recuerdes cuando te dirijas a mí, cuando quieras decirme alguna de esas frases que ya sabes que me dolerán, que me lastimarán.
Quisiera saber por qué hoy otra vez tengo ese sentimiento en el estómago, sí, en el estómago... que me dice que algo anda mal (pocas veces estoy equivocado). ¿Será otra vez por Tomas? tal vez. Dime, amor, ¿Qué debo hacer para que te sientas feliz y para que mi amor te alcance? Dime qué debo hacer para llenar tu vida, porque ya no sé qué hacer, más que darte todo lo que tengo y brindarte todo lo que soy.

Te amo, tuyo, Frank.

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