lunes, 22 de marzo de 2010

Centésima vigésima novena carta

Buenos Aires, Lunes 22 de Marzo de 2010

Querida mía:
¿Cómo explicar el día de ayer?, fue terrible. ¿Cómo explicar el día de hoy? fue un vacío lleno de silencio. Pasa el tiempo y no puedo dejar de pensar ni un minuto en nosotros. Pienso en ti, pienso que te noto rara otra vez, y ya no pienso que son sólo ideas mías, estoy casi seguro que algo te afecta. Sea lo que sea, yo no tengo la culpa, y espero que lo recuerdes cuando te dirijas a mí, cuando quieras decirme alguna de esas frases que ya sabes que me dolerán, que me lastimarán.
Quisiera saber por qué hoy otra vez tengo ese sentimiento en el estómago, sí, en el estómago... que me dice que algo anda mal (pocas veces estoy equivocado). ¿Será otra vez por Tomas? tal vez. Dime, amor, ¿Qué debo hacer para que te sientas feliz y para que mi amor te alcance? Dime qué debo hacer para llenar tu vida, porque ya no sé qué hacer, más que darte todo lo que tengo y brindarte todo lo que soy.

Te amo, tuyo, Frank.

jueves, 11 de marzo de 2010

Centésima vigésima octava carta

Barcelona, Jueves 11 de Marzo de 2010

Querida mía:
te escribo desde el silencio, desde la tranquilidad de mi cuarto a solas. No estás. No estoy. Tantas veces dije que sin ti volvería a ser el monstruo sin corazón al que conociste, y tal vez eso debería ser para poder estar juntos para siempre. Y conste que no dije "ser felices" porque un monstruo sin corazón, que no puede amar, no puede ser feliz. Estamos comprometidos, debería haber escrito el domingo, que estaba tan feliz, sin poder creerlo... tan feliz hasta que me pediste permiso para volver a ser vos. Te dije una frase idiota "tú sé cómo quieras ser y yo te amaré", es cierto, porque siempre te voy a amar, pero no sé si podré seguir a tu lado; no si sufro más de la cuenta, no si vuelvo a sufrir lo que antes sufría, tampoco si me enojo tanto que empiezo a odiarte. Quisiera que no me importara, ¿pero eso preferirías?, ¿que te diga lo que él te dijo?¿ "haz tu vida"? si quieres te lo diré, pero me alejaré de ti, y tal vez para siempre, porque no puedo soportar una vida teniéndote al lado sin tenerte, no podría ser jamás sólo tu amigo. Y mis celos, hablando de ellos... me he puesto a pensar y son absolutamente normales. Uno puede no tener justificación si la mujer con la que está es sólo de él, pero así, mi amor... una relación así, me es muy difícil de mantener. Y sé que no es tu culpa, porque yo era peor que tú; siempre creí que serías la mujer perfecta para mí, porque tendría libertad y podría estar con quién yo quisiera cuando quisiera, pero no me importabas y no te quería. El trato era que serías una más, que yo me acordaría que tenía una novia/esposa, cada tanto, en uno de mis viajes a alguna ciudad cercana, te encontraría y te invitaría a cenar. Luego cada cual ser iría para su lado... pero no: como un idiota me fui a enamorar y te convertiste en todo para mí. Qué idiota, que estúpido fui. Debería haberme quedado como estaba, tal vez mentirte y decirte que te amaba (como antes lo hacía) para que estuvieras conmigo, un rato, y luego olvidarte hasta el próximo encuentro. Mi corazón sabe que no hubieras querido eso, mi corazón sabe que amas que me pase el día pensando en ti y que te ame de la forma en que te amo, pero mi corazón también sabe que no quieres cambiar... y que si no puedes hacerlo, ni yo lo hago, terminaremos separados y sufriendo.
Ojalá las cosas entre nosotros funcionen.

Tuyo, Frank.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Centésima vigésima séptima carta

Barcelona, Miércoles 3 de Marzo de 2010

Mi vida, mi sol, mi amor, mi todo:
¿Cómo escribirte hoy? no estuviste, te extrañé. Oh, mi amor, ¡tengo tanto miedo de perderte! porque me he dado cuenta que no me interesa vivir si no te tengo. Perdóname por tener miedo, no desconfío de ti, me has demostrado que me amas tanto como nunca soñé que me amaras, desconfío de mí, de mis estúpidos celos, de mi estúpida inseguridad. Perdóname, pero nunca dejaré de pensar que hay muchos que podrían ser mejores que yo para ti (En el sentido de dejarte ser libre, porque amarte, nadie te amará como yo).
Hoy, mi amor, descubrí que te quiero más que nunca, y menos que mañana. Hoy descubrí que te amo mucho más que la primera vez que te dije que te amaba hace algunos años, porque las cosas que pasamos, pienso que nos han unido más.
No tengo en el corazón mucho más que decirte, tú lo sabes todo. Lo que no sabes quizás es que aún me duele que ames a Tomas y que cada vez que escucho "cuantos cuentos cuento" no puedo evitar pensar que tú se la cantas a él. Ojalá algún día puedas olvidarlo, para ser completamente feliz, ojalá algún día, mi amor. Mientras tanto, yo te seguiré amando, muriéndome de celos.

Siempre tuyo, Frank.